domingo, 4 de septiembre de 2011

"CONMIGO ESTARÁS BIEN"

Sara se levantó de la silla de ruedas durante la Asamblea Nacional de Renovación Carismática
 
En nombre de Jesús, levántate y anda. En la habitación de Sara Quiroz, cuelga ahora este cartel, con el lema de la Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica. Fue durante este encuentro, y precisamente tras escuchar esta frase, cuando pudo dejar las muletas y la silla de ruedas. Sin embargo, no deja de dar gracias por cada día del año y medio que duró su enfermedad
 
 
 
 
Lo que desarma de Sara es la sencillez y la serenidad con la que narra el momento en el que, durante la Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica, el pasado julio, en Madrid, se levantó de la silla de ruedas y caminó sin muletas, por primera vez en año y medio: «La Asamblea era en el Parque de Atracciones, y en un descanso me había ido con mis amigos a las atracciones. Me llamó mi madre para decirme que el padre Jaime Kelly», que había predicado, «iba a rezar por mí. Me hizo algunas preguntas, rezó, y me impuso las manos. Fue una oración más bien cortita. Me preguntó si creía que el Señor me podía sanar, y yo dije que por supuesto. Me cogió de las manos y me dijo Pues en el nombre de Jesús levántate, que vamos a caminar. Cuando levanté la mirada, vi los ojos de Jesús en él; tan hermosos y tan llenos de amor, me decían: Venga, que yo te voy a llevar toda la vida y conmigo siempre vas a estar bien. Con toda la confianza puesta en el Señor, me levanté, y supe que estaba sanada, porque en casa lo había intentado yo muchísimas veces y me caía».
Su familia no lo atribuye sólo a ese momento puntual de oración: «Mucha gente -explica Letty, su madre, refiriéndose a la Renovación Carismática- ha compartido y sufrido la enfermedad de Sara. Desde que se puso enferma, se activó una cadena de oración». La víspera misma de la Asamblea, unos amigos carismáticos de Perú -de donde son Letty y Julio, su marido-, sin saber nada del encuentro, les llamaron para decirles que Dios les había inspirado el pedir por Sara. La familia entera fue a la Asamblea sin saber que el lema era, precisamente, En nombre de Jesús, levántate y anda.
Poco antes de la Navidad de 2009, Sara fue a urgencias porque veía borroso con el ojo izquierdo. La ingresaron para hacerle pruebas, porque podía tener un tumor cerebral, o esclerosis múltiple. Tras una punción lumbar, perdió toda la fuerza en el lado izquierdo. Consiguió manejarse con muletas, aunque le costaba un gran esfuerzo, y terminó usando para casi todo la silla de ruedas. Fue duro para todos, también para Andrés, su hermano pequeño, «que de repente tenía que ir a los sitios solo, porque nosotros estábamos siempre de médicos», explica Letty. «Lo he pasado mal -reconoce Sara-: no poder caminar, de un día para otro, y sin explicación... Pero estamos en manos del Señor. Él ha sido mi esperanza, siempre me ha dado paz y confianza en que me iba a poner bien». Su eterna sonrisa también ayudó mucho a sus padres: «Nos ha hecho llevarlo mejor y nos ha fortalecido. Verla en una depresión -una chiquilla de 17 años sin ganas de vivir- habría sido peor que esta enfermedad».
 
 
Sara (con peto vaquero), en un encuentro de familias
vinculadas a la Renovación Carismática,
la semana pasada (Foto: Miguel Castaño)
 
 
 
Ahora toca estar atenta
 
En ningún momento la familia dejó de trajinar, con sus actividades y encuentros. Sara, además, se confirmó, comenzó Arquitectura, e incluso fue al Camino de Santiago. Ni que decir tiene que este verano, ya curada, no ha parado: Lourdes -el año pasado fue en silla de ruedas, y su curación fue el día del Inmaculado Corazón de María-, un campamento como monitora, la JMJ y sus días previos, playa, encuentro de familias de la Renovación...
Todo eso, además, sin dejar de dar gracias, en Lourdes y siempre. «También por cada día de enfermedad. Lo hicimos ya el mismo día de su curación, al llegar a casa -recuerda Letty-. Ahí es donde hemos visto que no estábamos solos. Le ha servido mucho a ella, y a mucha gente». Sara añade: «Ahora me toca rezar mucho; tengo que estar atenta a lo que el Señor quiera de mí. Por ejemplo, dar testimonio para Su gloria. Porque hay gente que me ve como la sanada, pero es el Señor el que hace las cosas, y es a Él al que hay que glorificar».
 
En 2010 en Lourdes.
 
«Nuestra familia sigue siendo la misma»
 
Entrevistar a Sara es conocer a toda su familia; y constatar que Dios está muy presente entre ellos. «Para nosotros, ha sido siempre una prioridad transmitir la fe a nuestros hijos, más que otras cosas», explica Letty. En su caso, esta transmisión es inseparable de la Renovación Carismática Católica. «Ya en Perú pertenecíamos a ella; y lo primero que hicimos al venir a España, hace 20 años, fue buscar un grupo, en el que llevamos participando activamente desde entonces». En esa gran familia, han nacido y crecido los chicos. «Siempre los hemos llevado, y desde chiquitos participaban en la alabanza. Hemos tenido la gracia de que nunca se han quejado, y siempre han querido venir a los encuentros de familias». Con el tiempo, han ido participando en las actividades de chicos de su edad. «Hay encuentros de jóvenes unas tres veces al año. Pero, si sólo tienes eso, el mundo te absorbe. Ahí es donde es muy importante la comunidad, mantener el contacto con gente que viva tu misma fe». Ahora, después de todo lo que ha pasado, Julio, el padre, apunta: «Nuestra familia sigue siendo la misma, con sus pecados y su afán de agradar a Dios. Sabemos que no podemos soltarnos de Su mano».
 

sábado, 23 de julio de 2011

Queridos jóvenes, vuestro corazón es una ventana abierta al infinito


Vuestra vida encuentra significado en el misterio de Dios, que es Amor: un Amor exigente.

Hoy quiero recordar el célebre episodio en que el Señor se hallaba en camino y uno-un joven-le salió al encuentro y,arrodillándose, le planteó esta pregunta: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer parqa heredar la vida eterna?" (Mc 10,17). Nosotros tal vez hoy no lo expresaríamos así, pero el sentido de la pregunta es precisamente: ¿qué debo hacer, cómo debo vivir para vivir realmente, para encontrar la vida? Así pues, dentro de esta pregunta podemos ver encerrada la amplia y variada experiencia humana que se abre a al búsqueda del signicado, del sentido profundo de la vida: ¿cómo vivir?, ¿por qué vivir? De hecho, la "vida eterna" no indica solamente la vida después de la muerte, no quiere saber sólo cómo llegar al cielo. Quiere saber: ¿cómo debo vivir ahora para tener ya la vida que puede ser luego también eterna?  Por tanto, en esta pregunta el joven manifiesta la exigencia de que la existencia diaria encuentre sentido, plenitud, verdad. El hombre no puede vivir sin esta búsqueda de la verdad sobre sí mismo-quién soy yo, para qué debo vivir-, una verdad que impulse a abrir el horizonte y a ir más allá de lo que es material, no para huir de la realidad, sino para vivirla  de una forma aún más verdadera, más rica de sentido y de esperanza, y no sólo en la superficiliadad. Creo que esta es también vuestra experiencia- y lo he visto y escuchado en las palabras de vuestro amigo.



Benedicto XVI

sábado, 16 de julio de 2011

Semillas para la Razón

¿Quien ha dicho que razón y fe son incompatibles?, considero que la razón es una facultad superior que Dios nos ha dado y con la que podemos llegar a conocerlo dentro de unos limites, ya que la fe es lo más razonable que existe, cuando nos encontramos con Cristo nuestro corazón nota la correspondencia con sus anhelos más profundos y decide seguirle, así comenzo el cristianismo, así comenzarón los primeros apóstoles y así debemos ser nosotros, esta es la única manera de ser felices aquí en la tierra llevando una vida plena porque El le ha dado un sentido.


La nostalgia del "Tú"

El culmen de la búsqueda, el culmen que sorprendemos en nosotros, donde el "yo" expresa lo que es, si no está reducido. como muestra maravillosamente la poesía de Lagerkvist: "Un desconocido es mi amigo, /uno a quien no conozco (no sé lo que busco, no lo conozco)./Un desconocido lejano, lejano./ Por él mi corazón está lleno de nostalgia./ Porque él no está cerca de mí/ ¿Quizá porque no existe?/ ¿Quién eres tú que llenas mi corazón de tu ausencia/ que llenas toda la tierra de tu ausencia?"

Con esta palabra-nostalgia-, Lagerkvist describe de forma sencilla lo que Giussani dice al final del capítulo quinto: "La afirmación de que existe la respuesta, como algo que está implicado en el hecho mismo de la pregunta". La nostalgia es una experiencia humanísima a través de la cual podemos comprender que el hecho mismo de tenerla, implica que existe el otro del que tengo nostalgia, pues, en caso contrario, no existiría la nostalgia como experiencia, nos sentiríamos la ausencia de nadie. Pensad cuándo habéis experimentado nostalgia de alguien o de algo: ¿no es acaso porque ese alguien o algo ya existía o existe?

Un "yo" que no está reducido es un "yo" que experimenta dentro de sí esta nostalgia, nostalgia de un "Tu" real y misterioso, una nostalgia contenida en el mismo impulso con el que entramos en relación con la realidad. Los salmos no lo muestran de forma única: "Oh Dios, tú res mi Dios, por ti madrugo. mi alma está sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti como tierra reseca, agostada, sin agua.



¡Cómo te contemplaba en el santuario, viendo tu fuerza y tu gloria¡ Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de mantenca, y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti, y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene". O también "Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?"





No falta Dios, ¡falta un hombre así¡ Un hombre que lleve en su interior esta nostalgia, esta sed...¿compredéis por qué dice Jesús: "Bienaventurados los que tiene hambre y sed" ¡Bienaventurados¡ Sólo un "yo" verdadero que está despierto puede reconocerle conmovido. Esto confirma además la razonabilidad del recorrido que se nos invita a hacer.

La lucha con el poder se produce a este nivel. Un "yo" así es la victoria sobre el poder sobre el intento del poder de reducir el impetu de su deseo, de aplastarlo. Para un "yo" como éste, los ofrecimientos del poder son migajas, porque sabee que ningún regalo puede bastar, porque un hombre así sabe dónde encontrar su descanso, un descanso a la altura de su necesidad, el único descanso que de verdad descansa: "nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti"



Cuanto más consciente es un ser humano de que sólo en Él encuentra descanso, más se conmueve por el hecho mismo de que exista Dios. No puede evitar conmoverse por Su existencia, como repetía con frecuencia don Giussani: "Mi corazón está alegre porque Cristo vive".

Por eso, su presencia nos llena de silencio: "Señor, te esperamos deseando tu nombre y tu recuerdo". Pero este deseo no puede sobrevivir ni siquiera unos pocos minutos si no se convierte en petición, porque la verdadera forma del deseo es la petición: se llama oración.


D.Julian Carrón

No puede estar triste

martes, 12 de julio de 2011

Llamados al amor. Teologia del cuerpo en Juan Pablo II



¿Qué nos ha quedado del Pontificado de Juan Pablo II? Durante su pontificado muchos jóvenes vivieron su vocación al sacerdocio, a la vida religiosa o al matrimonio. Tantas personas han encontrado en su persona, en sus gestos y en su magisterio la luz decisiva y la fuerza para sostener un camino. ¿Qué ha quedado de todo ello? ¿Cuál es su herencia? ¿Sigue siendo fecunda para el futuro? Son preguntas importantes, pues de no reflexionar sobre ellas, se nos podría escapar la grandeza de su figura, su obra, su enseñanza, reduciéndolo a un mero sentimiento. Los autores de este libro proponen una respuesta singular a estas cuestiones, que las sitúan además en continuidad con Benedicto XVI. Juan Pablo II propuso una visión del hombre y de la vida cristiana centrada en el amor, no como emoción pasajera, sino como camino de plenitud, con grandes horizontes, firme para que se avance sobre él hacia la meta.
Los autores de esta obra son dos prestigiosos profesores del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, del que son los vicepresidentes de la sede central de Roma y de la sección americana: Carl Anderson, presidente de los Caballeros de Colón (la organización católica de servicios fraternales a la familia más grande del mundo) y José Granados.
Pero vayamos al contenido del libro. En él no encontramos sólo una exposición estructurada del contenido de las famosas catequesis que Juan Pablo II pronunció entre 1979 y 1984 sobre la teología del cuerpo. Su originalidad está en situar estas catequesis en el conjunto de la obra y la vida de Juan Pablo II, valiéndose de sus grandes intuiciones. Recurre así a la obra poética de Karol Wojtyla y trata de desarrollarse partiendo de las grandes líneas de pensamiento que nos ha legado la vida de este Papa magno.
El libro asimila el método de Juan Pablo II: unir “la experiencia humana del amor y la revelación cristiana” (XXVII). Esta pretensión encuentra constantemente la dificultad propia de nuestro tiempo, en el que encontramos una visión falseada del amor, con un pansexualismo que dificulta su comprensión. Para afrontar la tarea, los autores hacen tesoro no sólo de la “Teología del cuerpo” de Juan Pablo II, sino también de la “Teología del amor” de Benedicto XVI. De ambas fuentes podrán recabar un método adecuado para afrontar cabalmente la tarea: el método que va de la persona de Cristo a la vida del hombre y viceversa.

Con este método el libro inicia una navegación que tendrá diversas etapas. En primer lugar, en la primera parte (I. El amor, revelado en el cuerpo), se examina el modo en que el amor se revela, abre al hombre un camino y le invita a seguirlo. Acto seguido (II. La redención del corazón), se abordan las dificultades que salen al paso en el camino del amor y se muestra cómo en el amor revelado por Cristo se manifiesta una fuerza que las supera. Por último, en la tercera parte (III. La belleza del amor: El esplendor del cuerpo), se describe cómo el amor de Jesús permite amar como él ama y de este modo llevar a su meta el camino del hombre.
Llamados al amor ayuda a entender así un tema crucial de la vida cristiana: el camino por el que hombre y mujer participan juntos en la vocación profunda del ser humano, la vocación al amor. Compartimos por ello el deseo de mons. Fernando Sebastián: “ojalá que este libro llegue a manos de muchos padres, sacerdotes, educadores, cristianos y no cristianos. Necesitamos esta visión del amor para el futuro de la sociedad y de la Iglesia en España”.
J. Granados – C. Anderson
Llamados al amor. Teología del cuerpo en Juan Pablo II
(Didaskalos 6; Burgos 2011)

domingo, 10 de julio de 2011

Taller de la Palabra

Historia de la Lectio Divina

Isaías, gran profeta y poeta de Dios, tiene un hermoso texto que resume ya el significado de la Lectio: "Como la lluvia y la nieve caen del cielo, y sólo vuelven allí después de haber empapado la tierra, de haberla fecundado y hecho germinar, para que dé simiente al que siembra y pan al que come, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí de vacío, sino que cumplirá mi voluntad y llevará a cabo mi encargo" (Is. 55,10-11). Los envangelistas definen al Hijo de Dios, que viene a provocar nuestro encuentro, diálogo y comunión con el Padre, y lo definen como "PALABRA"

La Lectio Divina nace desde el comienzo del cristianismo y está atestiguada por los Santos Padres, especialmente por S.Gregorio Magno: "Doy gracias a Dios Omnipotente, porque las distancias geográficas no rompen la unión espiritual cuando realmente uno ama. En efecto, querido hijo, estamos distante con el cuerpo pero presentes en la caridad. Dado que quien más ama es más atrevido, te diré que tengo que hacer un reproche a quien es para mi muy querido, tengo que decirles que ha recibido de la Trinidad dones de bien...pero se deja llevar por las controversias seculares, está ocupado en diversas salidas y descuida leer cada dia las Palabras de su Redentor. ¿Qué es la Sagrada Escritura? Sino una carta de Dios Omnipotente a su criatura. Ciertamente si se encontrara fuera de su sede, destinado en cualquier lugar y recibiera un escrito de su emperador terrestre, no estaría tranquilo tranquilo, no se iría a descansar, no reconciliaría el sueño antes de saber lo que dice la carte de su emperador. El emperador del cielo, el Señor de los hombres y ángeles te ha mandado sus cartas que conciernen a tu vida, y sin embargo, hijo glorioso, tu no muestras ninguna premura por leer las cartas. Comprométete, te lo ruego y encuentra el modo, busca la forma de meditar cada día las Palabras de tu Creador, aprende a descubrir el corazón de Dios en las Palabras de Dios"  (Carta de Gregorio Magno a Teodoro, médico del emperador)



En una carta que no tiene desperdicio y que nos compara la Sagrada Escritura con esta escrita por Dios con la pluma del Espiritu y que va dirigida a cada uno de nosotros. ¿Acaso alguien en nuestra vida nos ha escrito una carta más importante?. La práctica de la Lectio quedo relegada más adelante al estudio de los monje benedictinos, que fuerón sus grandes cultivadores.




Guig II, el Venerable, un monje, el superior de la gran Cartuja, elaboró en el siglo XII, el método sistemático y orgánico de la Lectio Divina, utilizando tambén la imagen de una escalera que conduce al cielo mediante cuatro gradas espiritulaes: la lectio (lectura), la meditatio (meditación), la oratio (oración) y la contemplatio (contemplación).




Si recorremos estas cuatro gradas, podemos obtener el pozo de la Escritura   "el agua fresca" para saciar las sed durante el camino.

P. David Gascón Cerezo

domingo, 26 de junio de 2011

Corpus Christi Murcia

El Amor de los Amores
 Los seminaristas




Mis niños de 1ª Comunión


Cristiana y Pepe que me han anunciado esta mañana que ya tienen sus invitaciones de boda ¡Que Dios los bendiga mucho en esta nueva etapa de su vida¡





¡¡Viva Cristo Rey¡¡