Lectio Divina y Renovación Carismástica
Dentro de nuestros grupos de oración y con horarios diferentes, es importante que se creen "Talleres de la Palabra", es decir, células en donde se medite y ore la Palabra de Dios. Estas células renuevan significativa y profundamente la vida de las comunidades carismáticas, y muy en particular, su comunión.
La Lectio Divina es la propuesta concreta que mas han repetido los padres sinodales y oyentes en el pasado "Sínodo sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia" de Octubre de 2008. Por eso, vamos a profundizar en este método que no es moda sino el mejor camino para acercarnos al Corazón de Dios, al Espíritu Santo, a través de su Palabra.
1.-¿Que es la Lectio Divina?
La Lectio Divina mas que un método de lectura y oración de la Biblia es una experiencia de Dios. A partir del conocimiento del texto escrito, se busca la experiencia fundante que está como base de toda revelación.En sí todo texto escrito es fruto de una experiencia vivencial del escritor sagrado que ha vivido y experimentado él o el pueblo, una experiencia de encuentro y conocimiento de Dios que lo ha marcado..
Es una EXPERIENCIA DE ENCUENTRO CON EL SEÑOR, pues la dinámica interna de los pasos que sugiere no se agotan en el texto en sí , sino que lo trasciende, y hace que partiendo del texto escrito en la Biblia se busque el encuentro personal con el Señor. Ella parte del texto para buscar al Señor y encontrarlo vivo y presente en los avatares de cada día. Es en el actuar, en la cotidianeidad del día a día, donde aquello que fue orado de debe manifestar. Se dice que la Lectio nos introduce en una experiencia de encuentro con el Señor por medio de pasos que van profundizando el texto bíblico. Es sabido que lo fundamental no es cosas de la Biblia, sino vivirlas y convertirlas en actitudes y gestos concretos, actualizando la vida y el proyecto del Señor Jesús.
La Lectio Divina, finalmente, propone un método centrado en la Palabra escrita, pero cuya finalidad básica y principal es el Señor. A Jesús como centro y sentido pleno de toda la Escritura es al que debemos buscar y conocer para imitar y seguir. Pablo lo resume muy bellamente, cuando habla en Filipenses, 3,8. Del "sublime conocimiento de Jesucristo". Se trata de hacer vida aquello que hemos conocido, de llegar a ser discípulos enamorados de Jesús.
P.David Gascón Cerezo